Prometo no prestar más atención a los charlatanes antiindependentistas que se hacen pajillas mutuamente en sus tertulias, libres de ningún invitado que les rebata.
Habiendo gente que opina de la cuestión con rigor, con elegancia.
Como
Jordi Évole en El Periódico.
Ídem de
Javier Sardá.
El profesor de sociología dela UAB.
Xavier Martínez Celorrio a ver en el blog "El manescal".
Ídem de la periodista-economista
Stefanie Claudia Müller.
Un
vídeo de la BBC.
Y un
post del andaluz José Manuel Fuerte.
El DRAE define plebiscito como:
(Del latín plebiscitum). Consulta que los poderes públicos someten al voto popular directo para que apruebe o rechace una determinada propuesta sobre soberanía, ciudadanía, poderes excepcionales, etc.
Que, además, no tiene porque ser vinculante.
Es ideal para arrojar luz sobre incertidumbres....
¿Cómo se puede prohibir?.
Cuando en una reunión se murmura que sobra gente, caben dos posibilidades:
La democrática, o sea, votemos quien se queda y quien se va.
O la dictatorial, "de aquí no se va nadie", machacona y tristemente empleada por quien detenta alguna posición de fuerza y carece de argumentos para retener al otro.
Los partidos políticos separatistas van a postular su ideal en todas las elecciones (en democracia).
Vuelven a brotar después de una derrota. En caso de ganar, unos y otros tendrían que emprender las acciones necesarias para hacer efectiva la voluntad popular.
Como nadie debería salir perdiendo en el cambio, habría que efectuarlo cautelosamente, desandando parte de lo andado incluso, caso de salir alguien perjudicado.
Y nada, la independencia de un país respecto a un estado, vendría a ser como el súmmum de la autonomía.
Sin malos rollos.
Fíjate que el Mónaco F.C., está jugando en la liga francesa.
Entonces, si Catalunya fuera un nuevo estado de Europa (hace más de veintisiete años que lo es, no comprendo la palabra "nuevo" del eslógan), igual en España podrían continuar disfrutando del espectáculo que dan los chicos de Vilanova....