En un terreno vecino, había un zarzal espeso como una selva. Afeaba el entorno. El inquilino del lugar me dijo que si me molestaba, me "dejaba" desbrozarlo. No hubo forma que un día aflojara el trabajo para hacerlo yo mismo pero, en estas que pasó un hombre, norteafricano, que dijo no tener ni para comida, y le ofrecí la faena. En un día la podía tener lista.
Pidió cien euros. (Desbrozar no es echar un cálculo de estructuras, ¡vamos hombre!).
Sesenta.
¿Noventa?.
Setenta.
¿Ochenta va bien?.
Hummm....bueno, vale.
Al mediodía, con la mitad de la tarea cumplida, pidió dinero para ir a comer. Él no tenía cambio ni yo tampoco, por lo que le di un billete de cincuenta, pactando que por la tarde terminaría la labor y recibiría los treinta euros restantes.
Por la tarde no volvió (ni nunca más). ¡Le había sacado diez euros a un infiel!.
Podía haber ganado la manutención para unos pocos días más, que el trabajo no abunda....
Si son inteligentísimos para las trapicheos.
Tanto, que han debido emigrar....
Tractor que labra guiado por satélite. Le han quitado hasta el garito para el chófer porque, indiscutiblemente, no hace falta.
Imagino que, dos siglos antes, al menos la mitad de la humanidad se ganaba los garbanzos azadón en mano.
Ahora hay mucho menos trabajo, pero alguien capaz de diseñar tractores como este, no debería tener preocupaciones al respecto.
Me asombra la fecundidad de los norteafricanos. No es difícil ver a padres acompañando a la escuela a sus tres o cuatro hijos; en horario nada compatible con un empleo corriente, por lo que se podría deducir que no disponen de empleo. Incluso -según las malas lenguas-, se sacan unos dinerillos de las diferentes ayudas para hijos de inmigrantes que practiquen deporte, estudien idiomas, etc.
En unos años, llegarán estos niños a la edad de trabajar -trabajo que está en caída libre-, la mayoría de ellos contando con desventajas tales como no haber podido acceder a estudios superiores, no integrarse al lugar por la cuestión religiosa y heredar tics como el mencionado en el principio del post -o mejor aún, en este
otro, donde queda algo mas clara mi opinión del asunto-.
Sin trabajo, desubicados en su propio gueto, el delinquir está a un paso. Unas visitas a la prisión y luego, camino allanado hacia la radicalización.
Intelectualidad y rojerío, quitaros la venda de los ojos, hostia....