martes, enero 10, 2012

Electrizante

O poco menos.
El contacto con una teta.
El involuntario.
Esos roces en el metro, en las aglomeraciones, en las rebajas; da igual con tres camisetas y dos sudaderas de por medio; lo mismo una jovencita, una gorda, una monja.
Esa esponjosidad combinada con una indeterminada dureza, despierta una sensación inconfundible.
Tampoco es cosa de empalmarse ni nada, pero algún vello nos hace erizar.
"La mina tiene unas buenas gomas" dicen los argentinos, graciosamente.


Si el contacto es voluntario, eso ya es un festival....

3 comentarios:

Novicia Dalila dijo...

jajajajajajajajajajaja sí, verdad?? Una confidencia, ahora que estamos solos: Las que estamos al otro lado de la teta sentimos lo mismo ;-)

Un beso, Toy

D.F. dijo...

Novicia, eso de al otro lado de la teta me ha llegado...
La verdad es que la imaginación tiene que volver al poder... si lo estuvo...

belkis dijo...

Estoy con Novicia; esa sensación nos llega al otro lado de la teta. A veces es sensación en forma de empujón y a veces es en forma de escalofríos y desear que esas manos acaricien más, las tetas y todo lo demás