No tiene gracia pajearse sentándose unos minutos sobre la mano izquierda -los zurdos, la derecha-, hasta que se duerma y parezca como que la "movida" estuviera subcontratada.
Estas labores, mejor endosarlas.
Tal que así: (modo Barragán).
- ¿Ñogo-ñogo?.- Me duele mucho la cabeza....- ¿Churrupaíta?.- Tengo las cervicales agarrotadas....(argumento absolutamente concluyente, sin duda).
- ¿Pajilla?.- No, no....- Oye, que si ello va contra tus convicciones éticas o morales, te ibas a librar de toda culpabilidad si probaras de sentarte encima de una mano y bla, bla....
4 comentarios:
Ains, la pajilla asistida! Me parece algo tremendamente sensual y altruista, tanto ofrecerla como recibirla!
Hay que ser buena gente y no poner excusas, hombre.
Mi única excusa sería que después querría algo más, y claro, si nos vamos a quedar sólo en eso...me daría más cosa empezar.
Parece una conversación de Torrente, real como la vida misma...
Asistencia, ese es el palabro, Belkis.
Como en el básket; después de la asistencia, a veces, incluso la meten....
No del Torrente, Temujin; del Barragán, que es uno que andaba muy andrajoso, con unas gafas hechas del cristal sobrante del faro, y que contaba unos chistes guarrísimos.
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