Jaimito llevaba unos días atribulado al no disponer de su Vespino para desplazarse.
Se lo habían robado.
Ahora debía transportarse a patita.
Y andando, andando, va uno hablando con otros caminantes y caminantas y, en esto, que se terció un polvete....
Ella era mogollón de expresiva:
- ¡Más fuerte!. Sí, sí. ¡Te mato si paras ahora!. WooooW. ¡Que rico!. Me llevas al cielo....- Repite esto último.- Que me llevas al cielo.- Anda y mira si ves mi Vespino desde ahí arriba, bonita.Historia verídica.
2 comentarios:
Los hay prácticos!
Un besote
Hihihihi, que bo, Toy, m'has fet riure...
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