Saqué dinero del banco y, en el fajito de billetes de cincuenta, había uno más moreno que el resto.
Todo lo que intenté pagar con él, me fue rechazado; de mala manera, en alguna ocasión.
Así que un día, ya muuuuuuy anochecido, en Platja d´Aro -no me pilla nada lejos-, entré en un pub de moda.
Tomé un gin-tónic también de moda (ginebra rosa, una flor de cardamomo seca, tónica "premium" y un camión de cubitos). Explicación a modo de coartada para dar el palo....
¡Me soplaron dieciocho euracos!.
Pagué con el billete "raro".
Ni se enteraron.
Ahora rebobinando, creo que ese gin-tónic fue carísimo.
¿O no?.
3 comentarios:
Y más sabiendo que lo legal es depositar los billetes "raros" en el banco, para su destrucción, y después proceder a darse uno mismo un buen pellizco en los cataplines, por bobo....
Fijate que dicen que el dinero que cambia todos los días de mano es tres veces superior a todo lo que hay impreso, júntate con ellos y esas cosas, cuando se hacen con el volumen necesario, no son delitos, sino inversiones.
...por lo visto invertiste en un "gin" moderno....tú tranquilo.
Besos Toy
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