....que después de la guerra tuvo que ir a trabajar lejos de casa, alojándose en un hostal.
Los jueves daban paella para comer. Mejor llamarla arroz con sofrito, porque te tocaba una patita de calamar cada quince días y un bigote de gamba cada mes. Pero un bonito mejillón no faltaba nunca. Vacío.
Marcó una cáscara con el cuchillo.
¡ Y a las tres semanas le volvió a tocar !.
1 comentario:
Menuda anécdota. Vaya tiempos.
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