Una conversación cazada al vuelo:
- Estaba pensando en esas fanegas de terreno con chamizo y pozo, que heredé de mi tía-abuela y que la maleza está invadiendo al no trabajarlas nadie, bien podría cederlas a una familia de refugiados sirios, de estos que vendrán, para que plantaran patatas -o que sé yo-, y las vendieran y se ganaran la vida con ello....
- Ni se te ocurra. A los cuatro días habrán pasado una docena de inspectores -sanidad, habitabilidad, agraria, vivienda, seguridad social, sindicatos, ayuntamiento, los verdes, los marrones, etc. A quien empapelarían es al propietario, no te quepa duda.
2 comentarios:
O mucho peor aún, en cuanto los refugiados sirios tuvieran permiso de residencia, tarjeta de la seguridad social y pagaran sus impuestos, te denunciarían por tener el chamizo sin el certificado de habitabilidad correspondiente y te tocaría gastarte 60 mil euros para acondicionárselo como manda la ley.
Los pobres son pobres pero no idiotas
No es mía la finca pero, en caso de serlo, me acabas de quitar las pocas ganas que tendría de cederla -después de oír la conversación de ayer-, Carla.
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