Una ley aprobada por el Congreso de Diputados y legitimada por la Corona, es imperativo ACATARLA, cojones.
Una ocasión que ni pintada para que el titular del Reino recabe su potestad y demuestre que no está de adorno -como creemos los republicanos-.
Cruzando de la orilla del humor a la del sexo, sin pasar por el puente de la chabacanería ni el de la erudición.
1 comentario:
El Rey reina, pero no gobierna.
Un saludo
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