...de una triste llamada que oí en la radio de madrugada:
Conocí a un chico en el chat. Charlábamos todos los días. Me caía muy bien. Intercambiamos nuestras fotos. ¡Qué guapo!. Era complicado vernos al yo ser andaluza y él madrileño. Pero, harta de malos rollos con los viejos, ahí que les voy a dejar. Me planto en Atocha y si mola nuestra relación, me quedo a vivir con él. Llevo una sudadera naranja, no puede equivocarse. Ahí viene.
¡Hola!. Pero, a ver, en la foto no estabas tan fea, ¡y además eres gorda como una foca!. Paso de enrollarme contigo...
Se ha ido. Tengo frío, estoy llorando, no tengo dinero, es tardísimo; llamo a la radio con el escaso saldo que me queda...