RINGGGGGGGG!!!!!.
- Buenas.
- Buenas, mire, he abollado el coche.
- Aquí reparamos coches abollados; no se ha equivocado de teléfono, no.
- ¿Me podría instalar y pintar las puertas que he comprado en un desguace?.
- ¿Sabe de algún albañil que acepte construir una casa si el dueño aporta los ladrillos y el cemento?.
- Vale, ya miraré en otro garaje.
- No he dicho que no vayamos a repararlo.
-¿Entonces?.
- ¿Cuánto le han costado las puertas?.
- ¿Porqué quiere saberlo?.
- Por curiosidad.
- Ciento veinte euros cada una.
- ¿Ha debido desplazarse a por ellas?.
- Sí.
- ¿Llevan un montón de masilla y varios repintados?.
- Ni idea.
- ¿Está segura que son de la misma serie de fabricación que las de su auto?.
- Pues..., no.
- Es importante lo de la serie; un cliente trajo unos faros de un desguace sito a ciento cincuenta quilómetros de aquí y, al ser incompatible su instalación eléctrica con la del coche, tuvo que ir a devolverlos, suplicar que le abonaran el dinero y empezar a buscar de nuevo....
- ¿?.
- Sepa que, accediendo a una base de datos profesional, los talleres tenemos puertas como las de su auto a un golpe de teléfono, de la serie exacta, transporte gratuito, solo noventa euros cada una y además, la posibilidad de que sean del mismo color....
- ¡Vaya!.
- El descuento sobre el material de segunda mano, es irrenunciable, dado que nos aporta más problemas que si manipulamos recambio original; por tanto, esos sesenta euros estarán incluidos en el presupuesto que le voy a dar.
- ¿A cuánto asciende?.
- Cuatrocientos cincuenta, impuestos incluidos.
- De acuerdo.
- ¿Es ud. nativa de la zona de los Balcanes?.
- ¿Se me nota el acento?.
- Algo. Y también por su forma de actuar. El dinero tiene que correr; hay que saber ganarlo y también saber gastarlo. Su extraña forma de usura tal vez tenga que ver con la razón por la que tuvo que emigrar....
- Bueno, ya nos veremos....
No nos hemos visto y no creo que nos veamos -tampoco valoran como nosotros la palabra dada-.