Dentro de una semana voy a cumplir cincuenta y ocho años (aunque iría de parranda con los de veinticinco, si no fuera por ese culo que se me desploma sin remedio).
Pero la mayoría de los amigos son mayores que yo. Y, de verdad, quisiera tener su edad. La de unos cuantos que se acaban de jubilar, por ejemplo, sin tener que trabajar más allá de los sesenta y cinco, con la pensión apenas recortada y los viajes del Imserso activos aún....
Temo que después de los difíciles siete próximos años, nada quede de la Seguridad Social. Desde los catorce cotizando, para luego ser ninguneado cuando vengan los problemas de salud; y para cobrar una mierda como un zapato de gorda, de pensión.
¡Si se veía venir!, no puede ser que hubiera tanto paisano cobrando sin trabajar, pudiendo; ni tantas inutilidades regaladas como hubo. Mientras, el currante foráneo enviando a casa los dineros fruto de su trabajo y de la mega-generosidad de muchas instituciones.
Más, no soy intolerante, sólo un observador crítico. Y también egoísta; pero, ¿qué dirías si teniendo asegurado el coche a todo riesgo, das un golpe y la aseguradora no te quiere pagar?.
Por cierto, ¿Cuála versión del descalabro económico tienen ahora los progres?.
Escribiéndolo, es como si perdiera intensidad el berrinche....
En fin.
Refrescaros, amigos.
¡Salud!.