miércoles, enero 11, 2017

El personalismo


¿Cuántos millones de personas habrán de bailar al son de una partitura escrita por unos espías, acerca de la intimidad de un pelirrojo y unas prostitutas en Moscú?.
¿Cómo puede depender una nación de una sola persona?.
¿Cómo se puede votar a un careto?.

Siento el mismo asco por los carteles electorales entronizando la figura del líder democrático, que por esas efigies de dictadorzuelos enseñoreándose de las plazas de su país.

 Lo que debería importar son las ideas, el programa político. A desarrollar por una plataforma, junta, consejo, tribuna, cámara o asamblea de expertos, coordinados por una persona de singular trayectoria moral y representados en los medios por un periodista de vasta experiencia, ambos sin derecho a voto. Representada tal corriente al exterior mediante su símbolo y mensajes, dejando clarísimo en las mínimas intervenciones del portavoz, su limitación. Garbanzos negros y desafectos varios, sustituidos por gente fiel del equipo, sin eco ninguno.

Y los asesores de imagen, al paro; me temo....


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