Esto es realmente un paraiso para el escolar que más le gustaba hacer redacciones. Ya mayor, veo casi todo en clave de humor y suelo convertir en galante todo lo que de obsceno el sexo pudiera tener.
Una sonrisa y un guiño son mi bienvenida.
Adelante.
2 comentarios:
A mí nadie me tiene que decir cuántas trompetas tocar ni conducir por mí
(o algo parecido, Ánsar dixit)
Bien dicho!
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