viernes, octubre 02, 2009

Todo lo que deberías saber acerca de los acuarios y no te atreves a preguntar a los pececitos de colores


Foto de Bike10 en Flickr.

Nada hay tan desestresante como pasar un rato contemplando un acuario.
Bueno, sí.
Poseerlo.
Reproducir en miniatura el hábitat de estos animalitos.
Una afición bastante barata y mucho menos sacrificada de lo que se suele creer.
Porque es perfectamente posible pasar de los peces durante un mes.
Comercializan pastillas de comida que van liberando raciones lentamente (y normalmente, estos animales no sufren de sed). En cuanto a la luz artificial, que sólo es imprescindible en el caso de tener plantas, se puede usar un enchufe programador.
Hay tres grupos de acuarios (sin contar el tipo marisquería).
El de peces de estanque, de agua dulce y fría, de escaso aliciente.
El de peces tropicales, de agua dulce y caliente; el más común.
Y el de peces de los arrecifes de coral, de espectacular colorido pero costosísimos tanto economicamente como en cuidados a dispensarles (hay que llenar el tanque con agua destilada y comprar un preparado de sal y otros noventa componentes -pueden formularlo en una farmacia- para fabricar con ello agua de mar quimicamente pura; no vivirían en el agua contaminada de nuestros mares).





Fotos de una pareja de Guppys, peces originarios de Norteamérica, de fácil cuidado y divertida observación. El macho, de más colorido y menor que la hembra, tiene polla y copula sin pudor por el acuario como un Nacho Vidal, en sus buenos tiempos. Son vivíparos, la hembra queda embarazada y pare a sus cien crías vivas, ¡para comérselas a continuación!. Aún cuando no se haya podido aislar a la parturienta en un recipiente llamado paridero, siempre suelen sobrevivir varios alevines a condición de que logren esconderse; ¡vaya futuro de la especie, sino!.






Otro de los cuidados del acuario es la renovación de un tercio del agua (del grifo, con unas gotas de anulador de cloro) cada dos meses, alternándolo con el lavado de las esponjas del filtro. Verificar ambos cuidados a la vez, supondría demasiado cambio en las condiciones de vida de estos bichos, algo de lo que hay que huir. Precisamente por ello, en la tediosa renovación a fondo que he fotografiado, y que debe hacerse al menos cada dos años, hay que conservar toda la agua "sucia", para compensar así la limpieza y filtrado de la grava del fondo.
En las tiendas de acuariofília regalan un pequeño manual que debe ser leído como paso previo a la compra de un equipo.

La equivocación de vaciar la piscina todos los años, se ha hecho patente con el fuerte aumento en el precio del agua municipal. Filtrada y oxigenada mediante movimiento que afecte principalmente a su superficie, el agua nunca envejece.

Lo atípica que es la grava del fondo de mi acuario. Procede de una de las escasas calas sin edificar que quedan en la Costa Brava, la "Platja Fonda", en Begur.

1 comentario:

Rita dijo...

I dius que és desestressant?!?!? A mi em desestressen altres coses, home! hahaha

Bon capde, maco!