miércoles, enero 05, 2011

La imprimación y el marisco

Me zampé una langosta.
No una de éstas:



De las marinas.
Y salvaje.
Hará unos siete años. Acababa de pintar en amarillo el depósito de gasolina de una moto, cuando recaló por casa un amigote que practica submarinismo y comentó que su botella de oxígeno también necesitaría un par de manos de esmalte del mismo color.
- Podríamos hacer un intercambio.
- ¿De qué forma?.
- Trae una langosta adulta y te dejo la botella igual que niquelada.
- Es muy complicado pescar en inmersiones que no sean a pulmón libre.
- Entonces, casi tanto como pintar encima de la aleación de aluminio con que están hechas esas botellas.
- No veas si me pillan emergiendo con un bicho de esos en el zurrón.
- Tampoco estaría bien que la pintura se te volviera a desconchar en dos días....

Las cualidades que debemos pedir a una pintura son resistencia, impermeabilidad, cierta flexibilidad, color duradero y además buena adherencia. De esta última, especialmente en substratos poco porosos, es mejor que se encargue una capa previa de imprimación, o sea, una pintura cuya única virtud es la de adherirse al objeto a pintar, y que servirá como pegamento al posterior lacado, esmaltado, etc.
Incluso existen imprimaciones para substratos específicos, como por ejemplo para ciertos metales o plásticos, las cuales despliegan un ataque químico sobre el soporte, durante el lapso que tardan en secar, soldándose a él. Nótese su efectividad en algo tan sacrificado como un parachoques de automóvil.


Y llevamos a cabo el trueque.

Sumergí, -pillándola de los bigotes- a la langosta viva en agua hirviendo durante minuto y medio. Esta forma de quitarle la vida al bicho -debo confesarlo-, me afectó. Justo hasta que le hinqué el diente. Absolutamente deliciosa; y sin otro acompañamiento que una mahonesa aromatizada con perejil.

El puesto de marisco del mercado municipal, atiborrado de género por lo de las fiestas, me ha hecho rebobinar este suceso.
Ahora mismo, la cartera solo me deja elegir entre caballa o jurel, así que pasando enfrente del bar que es sede de la peña submarinista, he visto dentro al colega y, después de saludarle y "cascar" sobre temas variados, le he preguntado:
- ¿No necesita otra mano de pintura tu botella de oxígeno?.
- Que va, aún está como de estreno.

(Maldita imprimación).

4 comentarios:

panterablanca dijo...

Es que tú eres de la vieja escuela. ¿No sabes que ahora todo lo hacen de mala calidad para que la gente tenga que comprar lo que sea nuevo porque ya se ha escacharrado?, pues tú lo mismo con la pintura, hombre. Si es que hay que estar en todo, oye.
Yo sí te deseo un año el triple de bueno que el año pasado, por lo menos ;-)
Besos selváticos.

Anónimo dijo...

Hola Toy,
Feliz año nuevo. Por cierto, ¿qué eso de marisco?
Yo me conformo con "sardina" que dicen que tiene hierro. Y no digamos las clochinas, las chupo que no veas. Les saco brillo.
Si quieres besos, yo también te doy besos y lo que faça falta.
Un saludo, con mis mejores deseos. Y no seas tan perfecto, eso te hace perder clientes futuros.

Joyce dijo...

Haberla pintado peor... jejeje.

Saludos

Tana dijo...

Jajajaja... caray con la imprimación. Ya quisiera yo que los que me hacen las chapuzas en casa fueran tan cuidadosos. Petonets (^^)