lunes, abril 15, 2013

Asco de padres

(Clicando sobre los gráficos, se amplían).


Igual que en Francia se expresan en francés, en Catalunya lo hacemos en catalán -detalle perfectamente atendido por entidades de poca monta, tales como los principales desarrolladores internacionales de software-, algo que un abrumador colectivo de ¡diecisiete! padres de familia quiere negar en la instrucción de sus hijos. Espoleados por media docena de fachas y el asno que manda en la educación estatal (se ha vuelto a ciscar de nuevo argumentando su negativa a ser entrevistado por Jordi Évole).


Como si la  la influencia del castellano no fuera aún considerable....

No quería tocar el tema, pero me ha puesto malo sentir un ramalazo de emoción al oir a unos críos rumanos conversar en catalán con unos moritos y un gambiano. ¿Cómo que emoción?. ¿Acaso hay mejor modo de entenderse que usando la lengua del país que los acoge?.

Escribí en un meme de 2007: "Tengo un serio conflicto lingüístico: domino con cierta corrección una lengua, el castellano, pues fui escolarizado en ella, pero, en cierto modo, me es ajena. Soy catalán, vivo en en una pequeña ciudad donde todos conocemos el castellano, pero pasamos meses sin hablarlo; sólo lo usamos con los visitantes. Pienso en catalán. Pasar alguna emoción al papel en esta lengua, hace que se me empañen los ojos con facilidad, toda vez que la falta de destreza empleándola, convierte al escrito en una jerga salpicada de incorrecciones. Redactar lo mismo en castellano, puede tener un resultado tan pulcro como lleno de frialdad. No dejéis que nadie jamás prohiba una lengua, como estuvo la mía cuando el tio Paco".
Por cierto, dejé de acudir a una academia de clases nocturnas de catalán, pues la profesora, integrista ella, no admitía ninguna referencia al castellano, lengua materna de más de la mitad de los estudiantes, los pobres, muchos de ellos forzados a estudiar por exigencias -actuales o futuras-, de su puesto de trabajo, (no como yo, que iba por libre).
Eso no ocurría ni cuando era escolar, cuando debíamos cambiar obligatoriamente de idioma justo traspasar la puerta de clase, nunca faltaba alguna ayuda del profesor a sus tocayos mencionando, por ejemplo, que los nombres empezados con la conflictiva "H" del castellano, solían venir de la "F" en catalán -para quien lo hablara, claro-, (hierro = ferro, haba = fava, etc.).

Y no, nadie me ha llamado renegado ni traidor por garabatear mis ideas en castellano, -¿la patria del escritor es la literatura?-, siendo catalán "de tada la vida" y de la zona más nacionalista del territorio. Aquí no....

Cuando en la próxima Diada nos echemos a la calle los siete millones de catalanes en peso, los malos padres aún se preguntarán perplejos ¿qué les hemos hecho?.





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