martes, diciembre 18, 2007

El espíritu de la malta



Consiguieron que su pariente el pastor, viniera a la boda. Vivía en lo alto de la montaña, tranquilo, con sus cabras, y nunca le entusiasmó bajar a la ciudad. Durante el festejo le invitaron a beber un whisky. Iba diciendo:
- Mira, tomo guisqui, como en las películas.
- Huele como a farmacia.
- Y a aserradero.
- Me ha dejado la boca como si li hubiera dado un muerdo a una rama de abeto.
- ¿...?
- Bueno, échame otro poco....
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"El alcohol, todas las veces que se cruza con un hígado, le da un puñetazo", sentenció un médico. (Habiendo filtrado unos pocos barriles de agua de fuego, esta frasecita se me ha quedado dando vueltas por la cabeza...).
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Normalmente, en bares, restaurantes, discotecas y pubs, suelen disponer de la media docena de whiskyes habituales, más el monolítico "Cardhu", para quien quiera "estirarse" un poco. Pero, en otros establecimientos, los estantes dedicados a este licor están bastante mejor surtidos.
Comenté este detalle a un barman amigo, y me contestó:
- Hay un universo entre el suave "Bell´s" que te estás tomando y el más brutal de los maltas, el "Lagavulin", del que te voy invitar a medio chupito.
Medio y sin hielo, (será roñica...); bien, me lo eché al gaznate.
Dios, dios, ¡DIOS!. Una tonelada de alquitrán ardiendo abrasándome la garganta. Toda la noche y parte del día siguiente con el paladar saturado, ¿okupado? por ese sabor tiránico.
A los dos días, con una sonrisa tonta en la boca, mezcla de curiosidad y masoquismo, fui a adquirir una botella de "Lagavulin", (cincuenta y tantos eurazos, tú). Atacado lo mismo que el cabrero de la boda.
La botella me duró al menos un año. Empecé echándole un par de gotitas a mi "Bell´s" de siempre, aumentando la proporción hasta conseguir tomarlo solo, en muy poca cantidad y rebajado con agua fresca, (nunca hielo). Sorprende el placer y la redondez en el paladar que produce tomar una sola copa, por mucho que se alargue la velada. Al "Bell´s" lo noto insípido, ahora.
Pero no es bueno empezar la casa por el tejado; podríamos elegir un "Knockando", "Glenmorangie" o "Macallan", el día que buscáramos algo más de caracter que el de un whisky popular. En el siguiente escalón, "Isle of Jura", "Dalmore" y "Glenrothes", amables aún. (Conozco una persona que manifiesta no gustarle ninguna clase de whisky, solo un poco el Jura). Entrando en sabores particulares, "Michel Couvreur", "Cragganmore" y "Bowmore", siempre refiriéndonos a la gama básica, pues éste último tiene algunas variantes más envejecidas. "Talisker", "Laphroaig" y "Lagavulin" son el ejemplo de los maltas fuertes, con un marcado sabor a la creosota, líquido con el que se impregna la madera de los postes de tendido eléctrico y telefónico a fin de preservarlos de mohos y podreduras.
Más información en este artículo, y en este otro catálogo.
Colaborador en este post: Gatot.

5 comentarios:

chamb dijo...

per a mi , el més fur és l`Ovan.

En vaig demanar un al dry martini malgrat les advertencies del barman.

Vaig haver de marxar a casa enmig d`intensos espasmes.

El meu tope es el talisker, sempre en tinc una ampolla a casa

Joana dijo...

Unes gotetes de Valentines a la Coca-Cola és tot el whisky que bec...

panterablanca dijo...

A mí no me gusta el whisky. Me hace mucha gracia la comparación que haces con el masoquismo. Me parece que está muy bien hallada ;)
Besos felinos.

LuLLy, reflexiones al desnudo dijo...

Desde mi blog: Reflexiones al desnudo
En mi mundo no están las gaseosas ni el licor fuerte, me encanta una buena copa de vino Frances, Español, aleman, Chileno... una delicia saludable.

La malta, la tomaba hasta que alguien me dijo que podría hacia un futuro manchar el rostro. La dejé por vanidad y salud.

Te dejo afectos desde mi alma!

Churra dijo...

A mi me sacan de un gintonic y me pierdo, pero me ha gustado este espiritu, dan ganas de cambiar de habitos .
Besos