Cruzando de la orilla del humor a la del sexo, sin pasar por el puente de la chabacanería ni el de la erudición.
martes, febrero 05, 2008
Trial-moto
Carles Cases participando en los 6 días de Escocia
Se trata de una especialidad deportiva en la que hay que superar un paso difícil, montados en moto. El paso, o "zona", puede tener entre veinte y cien metros de longitud, con una o varias vías posibles, delimitadas por flechas de colores según su dificultad. Asimismo, cada piloto, atendiendo a su pericia, escogerá el color de las vías por las que va a desenvolverse, que será el mismo de su dorsal. El juez de zona adjudicará "0" puntos a quien sortee su recorrido limpiamente; "1" ó "2" puntos a los que se ayuden una o dos veces con una parte de su cuerpo, normalmente el pie, para progresar; "3" puntos le caerán al que se ayude tres o más veces, y finalmente "5" puntos será la penalización para el piloto que no pueda llegar al final de zona. Huelga decir que muchos de los fiascos en la zona, comportan caída; no suelen revestir gravedad per la escasa velocidad alcanzada. En toda la historia mundial del trial, solamente hay documentado un único accidente mortal, pero son frecuentes traumatismos y luxaciones, hasta el punto que solemos comentar (de cachondeo) que si un paleontólogo del año 3000 encuentra uno de nuestros cadáveres, va a pensar que tuvimos una vida tan dura como los nacidos en el Neolítico.
En este preciso instante, Pep, el ayudante, (mochillero, en el argot) de Fuji, se rompía un par de costillas, asistiéndole en esta empinada subida que no pudo coronar, durante la manga del mundial, en Francia.
Una prueba de trial se compone de unas cuantas zonas unidas por un sendero "interzona", cortísimo si es de la modalidad "indoor", o sea, dentro de un recinto cerrado y discurriendo sobre obstáculos artificiales, o bien, de varios kilómetros, si su recorrido es por el monte, siendo la dificultad de las zonas completamente natural, en este caso. Aunque en las pruebas al aire libre se facilita bastante el acceso de los espectadores a las zonas, los "indoor" son los preferidos por el gran público, con su montaje espectacular y la participación de pilotos de élite. Reseñar también en esta modalidad, el despliegue mediático, y el rendimiento económico para pilotos y publicitario para fábricas de motocicletas, equipamiento u otros patrocinadores no tan ligados a este deporte.
Un trialero pelín loco, en acción.
El trial natural esta abierto a todo quien quiera participar, expertos, féminas, veteranos, infantiles, novatos; dejando aparte la clasificación, el premio de cada practicante suele ser una agradable jornada en la parte más agreste de nuestros montes. Pero el acceso motorizado a estos lugares, no está exento de polémica; por un lado las autoridades forestales y el ecologismo temen por el daño que podamos causar al entorno natural, mientras que los trialeros casi estamos convencidos de lo contrario. Hablé de ello (I) y (II) hace unos meses. Veamos; junto con los cazadores, solemos organizar jornadas para limpiar unos caminos que, con toda seguridad, la maleza borraría, al haberse abandonado casi todas las actividades extractivas en el monte. Usamos unas motos de aluminio, con menos de setenta kilos de peso, doble silenciador de escape y con un consumo que no llega a los dos litros de gasolina, (no cabe más) para toda una mañana. Gas-gas "PRO" 2008. A diferencia de otras especialidades deportivas del motor, donde una clavada de frenos o un derrapón acelerando, puede ayudar a colocar el vehículo o mejorar unas décimas el crono, en el trial la adherencia es fundamental; estas motos tienen una increiblemente dulce respuesta de motor, frenos y suspensiones muy progresivos, que, ayudados por la flexibilidad del neumático, hinchado sólo a 0´30 bares, (2´00-2´20 en coches) para que se adapte como un guante el terreno y no erosione.
Este post llevaba mucho tiempo de borrador; lo publico por el alegrón que nos dió el campeón mundial del 2004, y siete veces subcampeón, Takahisha Fujinami, residente en la comarca, que vino a celebrar su 28 cumpleaños en compañía de los colegas, desayunando juntos y deleitándonos después con una exhibición de las suyas. Resulta que se lo pasó pipa, libre de la presión de competir. Le tiramos fotos.
Y le gravamos.
No veas lo que babeo hablando de trial. Voy a por el mocho.....
Esto es realmente un paraiso para el escolar que más le gustaba hacer redacciones. Ya mayor, veo casi todo en clave de humor y suelo convertir en galante todo lo que de obsceno el sexo pudiera tener.
Una sonrisa y un guiño son mi bienvenida.
Adelante.
3 comentarios:
¡jajaja!
la verdad es que es emocionante, a mí también me gusta (se me han estropeado las mayúsculas, jo)
Quanta adrenalinaaaaaaaa! ;)
QUe no te gusta nada de nada el trial me temo.
;)
La verdad es que he visto sólo una vez una exhibición y no al aire libre y quedé ko, no me imaginaba antes de entrar que iba a disfrutar/temer tanto.
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