lunes, agosto 04, 2008

Interior de un cerebro bilingüe


Joan Antoni Bic i Ruiu
Urcloud.com

Grup Terral.
Ameniza la lectura oyendo en segundo plano esta pegadiza canción popular sarda. Hace alegoría a la mandolina.
En Alguer se está intentando recuperar una genuina versión del catalán, medio exterminada por el idioma italiano oficial. Algo parecido a lo que ocurre en el Rosellón francés y a lo que, en sectores fascistoides ibéricos, hubiera gustado que pasara aquí.
Dicen que dentro de un par de siglos todo el mundo hablará el inglés. Algunos países latinoamercanos ya están claudicando a su favor. No ocurre así en otros lugares; hay gente dispuesta incluso a llegar a las manos para lavar cualquier ofensa a "su" idioma.
Quien goce del conocimiento de varias lenguas, notará que siempre hay una que le "tira" más, por motivos familiares, de ubicación o simplemente de frecuencia en el uso. Por ello, desearía emplearla siempre que fuera posible; algo que se puede hacer desde una posición egoísta, o bien, generosa.
Veamos unos ejemplos.
Unos padres de familia inmigrantes, que se esfuerzan en hablar el idioma del país de acogida a sus hijos, serán tildados de renegados por unos y poco menos que héroes por otros.
Un determinado pescado, además de su nombre oficial, tiene un gracioso apodo popular y otro apodo menos afortunado con el que se le conoce por el sector pesquero. Si el pescadero quiere nombrarlo en la tienda igual que hace con los del barco, y la compradora no piensa usar otro nombre que el que ha oído siempre a su familia de labradores, entonces uno tendrá que tirar la mercancía y los otros comer unas siempre oportunas croquetas congeladas.
Si, fronteras aparte, en Francia se habla con normalidad el francés, en Catalunya el catalán y en el Valle de Arán el aranés; si debemos dar la razón al "conseller" Maragall cuando dice que en Barcelona se pueden vivir 24 horas sólo en castellano, mientras es muy difícil hacerlo únicamente en catalán; si la medicación para sanar a una lengua moribunda ha exigido fuertes remedios, como la obligatoriedad de uso en las rotulaciones, o el acreditar determinados niveles de conocimiento lingüístico para acceder a empleos públicos (tenemos peculiaridades que no hacen esta tarea nada fácil, como alternar el acento abierto (`) con el (´) cerrado, ya de por si conflictivo en el castellano; o tener, en muchos casos, las (s), (ss), (c), y (ç), una pronunciación análoga), no puede ser por ninguna otra razón que, gracias a una gran dosis de generosidad, de tolerancia, aquí no hay ningún problema bilingüe, absolutamente ninguno; al menos entre quienes vivimos y trabajamos en Catalunya.
Y con los visitantes, dependerá también de la generosidad. Alguien que manifieste acabar de llegar, que sé yo, de las Alpujarras, normalmente será correspondido en su lengua; pero que ni se le ocurra reclamarlo en base a alguna de las proclamas que desaparecieron del escudo constitucional, porque va a ser ignorado, con toda seguridad.
Como anécdota, se da el caso del señor que lleva 40 años viviendo aquí, conoce bien el catalán, pero no lo habla (es por timidez, sino, conseguir que se "suelte el pelo" ¡telefonicamente!, no sería tan fácil), luego, la gente de aquí que conoce su opción, echa mano igualmente de la terquedad, y comienza una especie de "diálogo de besugos" (oigo-traduzco-pienso-traduzco-hablo), tan asumido, tan natural, ¿tan divertido?, que llegan incluso a corregirse mutuamente.
Con una tendencia a la recuperación de la lengua propia, menos efectiva de lo que se suele creer, no dudaría en calificar de estupenda la convivencia lingüística en Catalunya; y creo que una mayoría piensa igual.
Por ello no puedo entender la tontuna de los cuatro agitadores de siempre, que han emitido un "manifiesto", (me dan arcadas al mencionarlo) que nada tiene que ver con la realidad.
Escribiendo, de todas formas, desde la menos bilingüe de las provincias catalanas; tal es así, que el equipo Rajoy, por su mezquindad respecto a las lenguas, jamás ha conseguido un diputado aquí.
En el punto seis de este meme que me "mandaron" hacer, expresé la circunstancia de mi bilingüismo.

4 comentarios:

Sebastián Puig dijo...

Déjame aportar algunos apuntes para matizar tu entrada. No todo es siempre es como lo cuentas, querido amigo. De hecho, en muchas partes de Catalunya no suele serlo. Soy catalán, hablo catalán desde niño con familia y amigos, lo mismo que castellano (español en el resto del mundo), inglés y francés. Considero que ser políglota ha sido para mí una bendición. Hace tiempo , un matrimonio amigo de toda la vida se mudó a Madrid por razones laborales. Ellos, de mi generación, han alternado siempre con naturalidad catalán y castellano. Pero su hijo, de la edad de Itziar, no. Educado en un colegio de Cerdanyola, el niño se manejaba fatal con el castellano, hasta el punto de no entender muchas palabras ni poder hacerse comprender en ocasiones. Su rendimiento escolar al principio fue desastroso y su integración lenta y dificultosa, al borde de la depresión. Todo por el arrinconamiento de una lengua en favor de la otra. Está pasando, Toy, lo veo cada vez que regreso a mi tierra. Nuevas generaciones a las que, gota a gota, se orienta y se les detrae la riqueza de una pluralidad lingüística bien llevada. Itziar comprende y habla el castellano, el gallego y el catalán por vocación y no por exclusión. Corremos el riesgo de estar creando analfabetos en un idioma pujante que hablan millones de personas en el mundo. Y a sensu contrario, ni te digo. ¿Qué familia no catalana con hijos de mediana edad, cercanos a la universidad, puede hoy plantearse una mudanza a Catalunya sin considerar seriamente el tema educativo y lingüístico?

Por todo lo dicho, siento discrepar: yo sí veo un problema. Tal como lo vivo y lo siento, te lo digo.

Un abrazo.

ybris dijo...

De acuerdo contigo en todo, amigo. Te lo dice un madrileño desde varias generaciones que jamás ha encontrado en ningún otro país de los que ha visitado más que apoyo y amistad de las personas abiertas y amistosas que suelen ser todos cuando no se les provoca.
Y te lo dice quien aprendió a leer a Verdaguer y a Gimferrer en su idioma pero que sabe pedir disculpas cuando le hablan en catalán y no sabe responder más que en español.
Y te lo dice quien ha visto llorar a un irlandés como un roble cuando le recité un poema en gaélíco irlandés que había aprendido sólo para darle una sorpresa.
Y te lo dice quien intercambió idiomas con cuantos tuve ocasión de hacerlo y comprendió que hay algo en ellos que nos abre mundos insospechados.
Y te lo dice quien ha tenido que luchar denodadamente con tantos carpetovetónicos como no sabían salir de ese "yo no aprendo idioma ninguna, el que quiera hablar conmigo que aprenda español".
Y te lo dice quien desde este cibermundo bloguero se afana por leer en todos los idiomas españoles cooficiales y comenta sintiendo no hacerlo en ese mismo idioma que entiende y lee pero que no escribe.

Si alguna vez quieres escribir en catalán sabes que puedes contar con un madrileño que te leerá con tanto gusto como lo hace siempre.

Petons.

Joyce dijo...

Y yo me declaro partidario del bilingüismo (todo sea por la riqueza cultural) e incluso del trilingüismo (dentro y fuera de la cama); pero no de los tripartitos ni de los nacionalismos exacerbados. Y cada cual, que hable en el idioma que le venga en gana, siempre que haya entendimiento (si uno se expresa más cómodamente en castellano y el otro en catalán, mientras se entiendan...)

Un saludo!

Anónimo dijo...

Lo de "no hay ningun problema con el bilinguismo aquí" debe ser una consigna. No había caido hasta que leí la entrevista al follonero en el mundo y he leido tu post. Pero he estado este verano con varios amigos catalanes y cuando ha salido este tema la consigna ha sido esta "si tu vivieses en cataluña verías que no hay ningún problema con el bilinguismo aquí".
Después he visto que toda la gente que no quiere firmar el manifiesto promovido por el bilinguismo también la usan la consignita. Me recuerda bastante a la argumentación que se daba cuando estaba Franco del tipo, en España no hay democracía pero no hay problema la mayoría de la gente, la gente normal, los que no buscan problema no la reclaman, en realidad no les hace falta y los que la piden es "que no se quieren integrar". O el aparheit en Sudafrica o la democracia en China, etc.

Si el poder elegir la lengua en la que estudian tus hijos es un derecho y el gobierno autonómico te impide ejercerlo entonces SI "hay un problema" por mucho que la consigna sea no entrar en el fondo de la negación de un derecho y repetir como loritos "No hay un problema".

A ver follonoso, si yo quiero escorlarizar a mi hijo en castellano quien c.. es un consellerito para decirme que no puedo. Es eso un problema o no es un problema?. Cada vez que les hacía esta pregunta la respuesta y le pedía que me la contestasen de manera directa la respuesta era una evasiva y la consignita.

Te parece normal follonoso que cuando unos catalanes (iniciativa de Francisco Caja) van a su parlamento con 50.000 firmas para solicitar la educación de sus hijos en el idioma que ellos decidan, el gobierno y la mayoria de los diputados se salgan de la sala para demostrarles su desprecio y que ni siquiera tienen el derecho a ser escuchados, que no son ciudadanos legitimos, que no son dignos de que su gobierno les escuche, no ya de que les haga caso sino de que les escuche,que son anticatalanes, etc etc. Si eso "no es un problema" es que la sociedad catalana desprecia bastante la libertad individual de cada persona a poder elegir.

Por lo demás follonoso, aunque en este caso no este de acuerdo con tu post, me gusta bastante tu blog y siempre miro en feeddemon tus actualizaciones