martes, julio 19, 2011

Dos interrogantes

Hemos comprado todo a crédito y estamos devolviendo el capital prestado con sus correspondientes intereses, aplicados en los recibos empleando un método que no es ningún dechado de ética, precisamente.
Si algún mes no hay dinero para compensar el crédito, el banco lo aguantará un tiempo, pero los intereses se van a multiplicar por seis o siete. Sí, esto es usura, pura y dura; pero estampamos la firma, recuerda....
Si son varias las mensualidades sin atender, se entra directamente en barrena (aunque no creo que las entidades financieras le hagan ascos a continuar recibiendo la mitad o algo más de las sucesivas cuotas; el comprador de nada -a partir de ahora-, tendrá la etiqueta de moroso de por vida, pero quizás la estratagema le salga más barata que un alquiler y, en todo caso, no va a recibir la patada de inmediato....).
Más, si todo está tan mal, ¿a dónde irán las fortunas en intereses que pagamos?.

Y esa fábrica de loza sanitaria, donde antaño había colas kilométricas de camiones esperando para cargar, y ese promotor que fanfarroneaba de vender los pisos cuatro veces más caros que su precio de coste, y todo quien se ha estado lucrando de la construcción, ¿estarán arruinados de veras, ahora?.

2 comentarios:

belkis dijo...

Para muchos, pagar préstamos, deudas e intereses, es una cadena perpetua que arrastraremos por el resto de nuestros días.
No tengo respuesta para los interrogantes que planteas pero no me cabe duda de que, como siempre en este país, el dinero de muchos irá a pagar a los bolsillos de unos pocos.
Así fue casi siempre y así sigue siendo, pero encima in crescendo, porque las deudas y los intereses, además de crecer, suelen ser vitalicios.
Es que hay que joerse!

Sebastián Puig dijo...

Dos preguntas muy pertinentes, querido amigo.