sábado, enero 19, 2013

Don de palabra

Algo reñido a muerte con la timidez.
Pero es posible domar a esta última.
Dejad que os cuente mi experiencia:


Residí justo encima de la emisora local de radio.
Un día entré por allí e inmediatamente sentí el picotazo del gusanillo de la comunicación.
Presenté un proyecto de espacio radiofónico, unos guiones y también un patrocinador.
Me adjudicaron una hora semanal para el programa que incluso, previamente, fué publicitado.
Llegó el gran momento y, comido por los nervios, no pude articular palabra.
El "control" iba pinchando canciones y anunciando el espacio y yo allí, cagado bloqueado.
¡Vaya un ataque de timidez!.
El único locutor fijo de la casa, se fijó en el guión y, al ver que no estaba demasiado ilegible, ¡hizo el programa él mismo!.
La semana siguiente, también se lo endosé.
La otra, más de lo mismo, pero hizo abrir mi micro para que le puntualizara algún detalle, ¡por antena, en directo!.
Vaya tembleque....
Las matizaciones e incluso preguntas, se volvieron habituales, en cierta medida, hasta el día que me advirtió de sus próximas vacaciones.
Es que ni dormía pensando cómo iba a hacer el programa.
Por suerte, se encendió la bombilla; lo grabaría tranquilamente unas horas antes, con la posibilidad de corregir los fallos -cortando y pegando, casi como aquí-, y se emitiría después, en diferido.
Dicho y hecho. No hubo que cortar nada. Y quedé absolutamente horrorizado de mi voz. Ocurre -me contaron los compañeros-, que nadie está contento con su voz. Pero nadie, nadie. En los estudios de cine y televisión les pasa lo mismo a los actores con su propia imagen. (Tampoco nadie está contento con sus finanzas, mira tú....).
Regresó el amigo locutor e hicimos el espacio a medias, en directo, varias veces; hasta que un día fingió una afonía, y me las tuve que arreglar solo.
Fuí ganando soltura, el pétreo guión se convirtió en unos apuntes -garabateados en una cajetilla de tabaco, hacia el final-; conté con invitados, mesas redondas, etc....

Ahora, en cualquier reunión, por muy concurrida que esté-, al llegar a los ruegos y preguntas, ¡¡¡¡SALTO!!!!.

Esos guiones, un tiempo después, auparon a un buen amigo desde su radio local hasta los 40 principales.
Un estupendo lugar para matar el ocio, la radio; y más ¡mira la etiqueta!....

2 comentarios:

Novicia Dalila dijo...

Pues enhorabuena, Toy. Por la idea/formato del programa, que seguro que es bueno, si no, no te habrían dado ese espacio. Y segundo, por vencer esa timidez. Sé muy bien de qué hablas porque lo sufro igual que tú. Me bloquea hablar en público hasta el punto de quedarme muda. Incluso sin tener que hablar, el simple hecho de subirme a algún sitio y que me vean, ya me mata y las pocas veces que, por obligación, he tenido que superar este handicap, he salido completamente agotada por el desgaste psíquico.

Un beso y mucha suerte :D

D.F. dijo...

Coño, Luis del Olmo.... jejejejej
me gustaría hacer un programa de radio, la verdad, la envidia me corroe..