martes, enero 08, 2013

La circulación sanguínea

Nada, que han dado la inutilidad para trabajar a un amigo que lleva toda la vida trajinando en un restaurante. Aún le quedaban unos cuantos años de vida laboral, pero unas varices muy guerreras han dado el traste a sus planes.
"Todos los restauradores acabamos igual, por culpa de la maquinaria de hostelería, que suele evacuar calor dirigiéndolo a las piernas del personal. El extenso horario y la imposibilidad de estar sentado, complican aún más la cuestión", ha dicho.
Por lo que cuentan de las barbas del vecino, llegando a casa me he regardeado las patorras y no, ni rastro de varices. Algo tendrá que ver en ello la calidad de los genes, pero el paseo diario de unos tres quilómetros y, sobretodo, el terminar la ducha con el chorro de agua -cuanto más fría, mejor-, directamente a las piernas, son excelentes cuidados para la circulación sanguínea.
Otro foco de complicaciones en este aspecto, es el ano. Pueden aparecer por allí unas primas de las varices, llamadas hemorroides -almorranas, en lenguaje fino-, que son realmente molestas. Esas sí me atacaron. Pero no las sufrí en silencio; lo iba contando por ahí, hasta que álguien me descubrió el secreto: limpieza. Limpieza con jabón y agua; agua muy fría, que active la circulación y no se embotelle por esa zona.
Se fueron y no han vuelto.
Siempre que sea posible, hay que desechar el uso del papel higiénico en favor del bidé.
Esta práctica es especialmente recomendable a las damas pues, si se tercia algún polvete de sopetón, como siempre es de agradecer el juego previo para calentar, lubricar y esas cosas, en ese terreno manda la postura del "69".


Y, en esta tesitura, ya sabéis a donde apuntan las narices del caballero....

1 comentario:

D.F. dijo...

Hay gente que festeja los olores...