Un piso normalito en una gran ciudad cuesta más de mil euros al mes de alquiler.
Algo que pueden pagar personas con una gran preparación académica, técnica, o que gocen de cargos de responsabilidad.
Las gentes llegadas de África no disfrutan de tales conocimientos, pero sí deben alimentarse y cobijarse como el resto de humanos. De ahí las variopintas ocupaciones que no siempre consiguen.
Paisa, no dilapides tu digno sueldo de basurero, al ir de vacaciones a ver a la familia con un Mercedes de alquiler lleno de regalos. Y deja de contarles milongas...
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