Tetas naturales y sintéticas

Todo el año con las tetas escondidas, y ahora en la playa, atacándonos por todos los flancos.
Bien pensado, era más duro para la imaginación, cuando la parte superior del bikini no estaba en desuso.
La mentalidad masculina está emparanoiada con las tetas. Muchísimo más de lo que vosotras creéis, en algunos aspectos eróticos, y tal vez menos, en cuestiones estéticas. Es difícil explicarlo; ante una buena delantera, parece que se nos vayan a salir los ojos, mientras que para tomar la decisión de si tiramos los tejos a una chica, el volumen de sus senos es una variable que ni se considera.
Una mujer suele tener el pecho acorde con su físico, o sea, ligeramente caído y alguna talla por debajo del estándar cinematográfico. Como una modelo de alta costura cualquiera.
Pero ultimamente, se ven por estas playas una especie de tetas sintéticas, en constante pavoneo, (a cuento de nada). Pezones mal alineados, cuando no bizcos, aureolas ovaladas, mitad inferior de pecho en forma de calabaza con su evidente cosido tipo cremallera de media luna, y además, total ausencia de flaneo.
Un grave insulto al buen gusto.
Pero en invierno, con estos tetorros bajo un grueso jersey de lana, todos los camioneros te van a pitar. Piii, Piiiiiii.
Es lo que querías, me temo.
Sonsacamos a tu pareja acerca del "aumento", (sin ninguna envidia, de verdad). Dijo: "Que se implante, hombre, y no jorobe más. De la cabeza hueca debería operarse..".

De todas formas, un reducido grupo de mujeres puede aumentar su calidad de vida retocándose el pecho; más por reducción que por aumento.
Hay algún cirujano estético, de los que tienen por clientes a gente de la farándula, que parece hacen magia; aunque con lo del río revuelto, igual se ha metido también a implantar silicona, incluso algún dignísimo veterinario.