domingo, abril 13, 2008

Crónica de mi adiós al tabaquismo

Dejé de fumar durante unas semanas, y, pensando que ya habría dejado de gustarme, volví a probarlo. Me sorprendí a mi mismo notando que a la tercera calada, chupaba tan fuerte que se me subían los calcetines solos.
Recuerdo otra vez, que nos pusimos de acuerdo varios compañeros para dejar el tabaco. Avisamos al resto de personal de la planta, que si pillaban a uno fumando debería pagar una mariscada para todos. No se pudo entrar al WC sin máscara de gas, hasta que la dirección tomó cartas en el asunto y prohibió terminantemente fumar en los lavabos. Ni que decir tiene que los pobres fumadores pasivos nos perdonaron la mariscada.
Un día fui a pescar en una zona de acantilados, de muy difícil acceso. Cuando tuve las cañas varadas, amaneciendo aún, me dispuse a encender el primer cigarrillo del día. Debía estar muy gastada la piedra del mechero porque en vez de soltar chispa para prender el gas, se desprendió y saltó por las rocas hasta hundirse en el mar. Sin fumar fue imposible estar pescando; al cuarto de hora ya recogía los bártulos de nuevo y volvía a casa a mirar la tele, deteniéndome previamente en un bar para comprar tabaco.
Sentí lástima de mi mismo, luego. Estaba a merced de la adicción.
Entre esto, algún vapor químico que me tocaba respirar en el curro, y la muerte de un amigo con los pulmones destruidos, me decidí a decir adiós al tabaco para siempre.
Dado que echaba la culpa de los anteriores fracasos a la falta de mentalización, compré un CD, "usted puede dejar de fumar", o algo así, y lo oía todos los días mientras cagaba; aprovechaba los cinco minutos por partida doble, vaya. Era una voz como hipnótica, desgranando cansinamente las desgracias que acechan al fumador.
Hoy hace quince años que lo dejé; por aquel entonces, el inventor del "Nero" aún tomaba papillas y los CD´s se tenían que prestar. Y ocurrió lo del dicho: "CD ó libro dejado, perdido, roto u olvidado"; por ello no puedo compartir su contenido, aunque no creo sea difícil encontrar audios similares por la Red.
Pasados tres meses, acudí por recomendación a un médico naturópata, (herbívoro le llamo, de cachondeo) empezando un tratamiento con cuatro hierbas: pasiflora y valeriana, relajantes casi en exceso; acerola, una especie de disolvente del hollín; y unas algas, que tomadas junto con tres vasos de agua, producen tal sensación de saciedad, que al finalizar la medicación había adelgazado tres quilos .
Ese santo, (el médico) visita únicamente los viernes. Dijo: Mañana, sábado, fuma como haces habitualmente, y, antes de acostarte, tira todo el tabaco y mecheros que tengas. El domingo, desayuna, tómate las hierbas y vete a dar un largo paseo por el monte. Después almuerza, otra toma de hierbas, y te metes en el cine a ver una doble sesión; luego cena, hierbas y a la cama. (Una jornada nada propicia para tentaciones, ya suponéis).
El lunes, como si no hubiera fumado en la vida. Sin ansiedad, sin agresividad, notando más sabor en los alimentos, día a día, realizando esfuerzos sin sentir asfixia, riendo sin pausa, (cof, cof).
Antes pensaba, estoy disfrutando del agradable aroma que desprende el humo del tabaco, en una sobremesa, con el café, por ejemplo; y estos capullos de no fumadores aspiran nada más que aire, sólo para sobrevivir.
Y no, jamás volveré a fumar, ni aún en el caso que me desahucien. Tal es el subidón de calidad de vida que se alcanza abriendo al oxígeno las puertas que el tabaco cierra.
Y si, es muy grato el olor de un cigarrillo, especialmente rubio.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabia decisión, mi madre dejó de fumar y un hermano también, después de varios intentos fallidos lo lograron. Felicitaciones amigo, lo has logrado.

Un abrazo cálido!

potsis dijo...

Ya he dejado de fumar unas cuantas veces, y mañana será una más. Me quedan 5 cigarros para terminar el paquete.

Nerim dijo...

Yo soy mas extremista. Dejé de fumar de un dia para el otro, sin hierbas, sin pastillas y sin nada. Simplemente me dije a mi misma, ya está bien, ahora mismo dejas de fumar, rompí los cigarrillos que me quedaban y hasta el día de hoy, han pasado ya 4 años. Mi marido y mi hijo lo dejaron del mismo modo. Y si, yo tambien digo como tu, no volveré a fumar, he ganado en calidad de vida, no me canso al subir las escaleras y mi ropa ha dejado de apestar a tabaco.
Sin embargo no me molesta cuando alguien fuma a mi lado, es más, disfruto del olor del tabaco, pero al día siguiente la ropa que llevaba puesta la tengo que lavar, pues está impregnada de ese olor a tabaco ya no tan agradable, casi repugnante.

Belén dijo...

Pues me has recordado a una apuesta que hicimos un grupo de amigos, de no fumar... estoy convencida que todos fumamos a escondidas, en algún momento de la semana, eso si... que buenos éramos cuando nos veíamos jajajajajjajajaja

besicos

Unknown dijo...

Felicidades!! Yo también pensaba que nunca volvería a fumar, de hecho, no quiero fumar, pero... Aquí estoy, frente a la pantalla con un cigarrillo encendido y pensando una vez más eso de "lo tengo que dejar".
Un besote!!

Joana dijo...

Ara a saborejar-ho tot amb més intensitat!
Felicitats!

ybris dijo...

Enhorabuena por haberlo dejado.
Yo ya lo hice hace 35 años.
Cuando llegué a tener que levantarme media hora antes de lo habitual para dedicar ese tiempo a toser y observé que iba perdiendo mi forma aerodinámica por no poder caminar como solía me decidí:
Compré un cartón de Ducados que dejé sobre la mesilla de noche.
Me metí un paquete en el bolsillo de la chaqueta, otro en el del pantalón y un tercero bajo la goma del calcetín derecho.
Y, así pertrechado, desde entonces no volví a fumar.
Y no porque no pudiera sino por purititos cojones.

Un abrazo.

Clint dijo...

Jo també vaig deixar-ho fa 3 anys i divendres vaig fumar un cigarret...i no em va agradar massa! i tampoc vaig tenir ganes de més..però per si de cas ho deixaré com a cosa extra no fos cas...
És una kk, però s'està millor sense fumar! Enhorabona!

Serendipya dijo...

Felicidades...

Espero que algún día mi madre lo consiga...

Besos

panterablanca dijo...

Enhorabuena. Yo nunca cogí el vicio.A los quince años fumaba como todos, porque mis amigos fumaban. Sin embargo, el gusto que me quedaba en la boca me parecía asqueroso. Un día me dije a mí misma que era estúpido fumar porque los demás fumaban si no me gustaba nada, y ya no he vuelto a fumar más :-)
Besos felinos.