Nuevos usos para la electricidad de 380 voltios (y II)

Al poco de incorporarse a un empleo, ya le empiezan a venir dolores de cabeza y migrañas, a Pérez. Con tal de lograr una temporada de baja laboral, no le importan los encefalogramas a sufrir, ni la cantidad de pastillas que le prescriban, (no las toma). Poco antes de la finalización del contrato, se reincorpora de nuevo, "curado" al trabajo . Nadie debería extrañarse de que no se lo renueven. Luego pasa unos meses desempleado, cobrando el subsidio, otros meses más acabando de fundir sus exiguos ahorros y vuelta a empezar. Muchos creemos que las migrañas de Pérez son reales, tal es el pánico que le da laborar.
Además de en los bares, está metido en el motor-club, en el fútbol juvenil, en el teatro de aficionados, con los senderistas, los del ajedrez...; siempre está, menos el día que toca arrimar el hombro.
Asimismo, Pérez está enterado de todo, faltaría más.
Yo estoy en las antípodas de Pérez. Trabajo lo mío y parte de lo que no hace él. Tal vez porque comercializar directamente el fruto de mi esfuerzo es muy goloso. Hace años que llego a final de mes sin ningún problema. La contrapartida está en no disponer de tiempo para disfrutar de los múltiples acontecimientos culturales, lúdicos o deportivos que se celebran en el municipio, entre otras cosas.
A veces pienso que Pérez es tonto; pero al rato dudo. Él sí que sabe, el tonto soy yo. (Debo intentar parecerme más a Pérez, lo sé).
En todo caso, el pequeño patrimonio o los ahorrillos que pueda tener no proceden de un premio de la lotería ni de una herencia. Y no le doy un valor "moneda", sino un valor "vida". Es lo que me ha costado y como a tal lo voy a defender.
Las irrisorias penas que aplica nuestra justicia a los ladrones hace que ni se planteen cambiar de "carrera", pero ésta se puede acabar de un calambrazo, si deciden venir de visita; está electrificado el lugar donde guardo documentos chequera, etc.


Amén de otras trampas.