La mala conciencia

Arranco el ordenador dispuesto a ver por donde les aprieta el zapato a mis amistades virtuales. Mientras se carga el Güindous (el Cuore mío no es dual ni nada), oigo la voz aguda de mi conciencia que dice:

Apenas aprovechas las infinitas posibilidades que te brinda la Red.
Podrías sentar las bases de la Web 3.0, por ejemplo.
O poner a punto un buscador de usuarios mucho más certero que los basados en el manipulable perfil.
O descubrir un algoritmo que detectara intenciones suicidas u homicidas en el navegante, dándole acceso unicamente a páginas de fiesta y cachondeo.
¿Y inventar un sucedáneo del Menéame que fuera casi imprescindible?
Shhh, shhhhhh.
Shhhhhhhh.
Oigamos la voz grave de la conciencia (la mala; la buena es la aguda).
Tú que vas a inventar con esta cara, capullo. Pero mira, ya que has mencionado lo del Menéame, podrías conectar a algo real como Nude Tube y dejarte de elucubraciones, que donde esté pájaro en mano....