Cuando el pescador de chanquetes pilló un rodaballo

Todos los platos de la "cocina de pescadores", calderetas, zarzuelas, etc., se prestan a emplear peces de baja calidad, o bien, "tocados" en su manipulación, porque esta gente morirían de hambre antes de comer pescado susceptible de comercializar.
Viene esto a cuento para situar la historia de un amigote que se cansó de trabajar de electricista, se compró una barca y se metió a pescador. Sin conocer el oficio, ni los caladeros, ni nada, lo pasó muy mal. Casi todos los días nos cruzábamos y solía preguntarle por la pesca, a lo que me respondía que mal; a veces me mostraba un puñado de pececillos tan esmirriados que su venta tal vez no compensara el gasto de combustible necesario para su captura.
Pero una vez me hizo parar, y salió de su furgoneta mostrándome un hermoso rodaballo de al menos tres quilos, que parecía respirar aún (y más feo que su puta madre, tal como son estos deliciosos pescados).
- Mira que suerte he tenido hoy.
- Ya veo. ¿Lo estás paseando?.
- Que va, voy a venderlo a la marisquería.
- ¿Puedo comprarlo para mí?.
- ¡Anda ya!, vete a por unas sardinas si quieres comer pescado.
- ¿Acaso piensas que no me llegará el sueldo para un rodaballo?.
- Éste es para un "guiri" forrado de dinero.
- Dime cuanto te paga el restaurante por él.
- No quiero engañarte.
- Si fuera de piscifactoría, que no es el caso, y me lo quisieras cobrar a precio de salvaje, entonces sí me engañarías.
- Tú y yo somos amigos desde que éramos escolares......
- Bueno, tal vez tenga que compensar el lujazo del rodaballo tomando acelgas dos meses, o dejando de echar gasolina al coche, pero ese no es tu problema.....
- Estoy convencido que si te lo vendiera, después de unos días se resentiría nuestra amistad; mira, comentaban por la emisora, desde las traineras, que han hecho una buena captura de boquerón, aprovecha hombre.
Y se fué.
Que concepto de la amistad tan raro, ¿verdad?.