miércoles, abril 26, 2017

Historias perrunas



Sin escuela ni freno, ¿qué caballo es bueno?.
Los perros también tienen lo suyo.

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Mira sino ese raro instinto que tienen de restregarse por los excrementos que encuentran, ¿para camuflar su olor propio?. Uno de los perros que tuve me tenía harto con el tema. Pero es que un día volvió del paseo completamente manchado de algo en descomposición; me dan arcadas solo de recordar el pestazo.
Lo metí en la bañera, quité la piña de la ducha y, en febrero que estábamos, me tiré un cuarto de hora arrojándole agua helada. Fregué toda la vivienda que puso perdida y cuando lo saqué de la bañera -contra todo pronóstico-, no estaba muerto. (Tal vez ahora no haría eso....).
Pero jamás volvió a ensuciarse; incluso diría que para no pasar cerca de una caca, daba un rodeo.



Ahora es este negrazo el que me da problemas. Salta la valla y se escapa. Al sacarlo a paseo de noche cerrada, no se ha socializado y ladra a todo el mundo. No mordería a nadie, pero el susto no se lo quita nadie a quienes se encuentren con él.
Le estaba reprendiendo y dando unos puñetazos -haciéndome más daño yo que él, con toda seguridad-, cuando me advirtieron de mi equivocación. Parece que debo darle un pastelito cada vez que se escape, y así se dará más prisa en regresar.
No sé.
A esa gente de Rumasa (y a muchísimos otros), les dieron pastelito en vez de castigarlos, y volvieron a las andadas....


1 comentario:

D.F. dijo...

Respecto a los perros, yo como de todo... Donde yo vivo, hay mucha gente que se compro "el acosado" y metió un perro, ni lo sacan de casa, pobres perros...