De serpiente.
O de gato.
Sus poseedores humanos, tienen el privilegio de hipnotizar.
De restarle puntos a sus demás imperfecciones.
Entre las cuales, el engreimiento -en muchos casos-, sabedores que su luminosa mirada suele abrir puertas inaccesibles a poseedores de iris más oscuros.
Incluso dentro de las entrañas de mi madre, que por cierto, tiene unos ojos gris clarísimo, ya andaba rogando para salir al mundo con unas "ópticas" del color de esa franja de mar que queda entre la playa y los arrecifes de coral, en las islas del Pacífico.
Y no apuntaron el pedido del todo bien.
Verdes son.
Pero oscuro e indefinido.
Color chaqueta de guardia civil, diría....
Ved:
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