Imaginemos a una persona que vive en una franja de territorio bañada por las aguas de la parte más oriental del Mediterráneo. Sus belicosos vecinos, mudaron de los frecuentes altercados a arrearle una guerra de la que ha salido con heridas, su familia asesinada, su vivienda derribada, quedando sin trabajo, sin futuro, sin nada.
Tal vez cure, emigre, y se deflagre en una sinagoga llena, un sábado.
(O un rehén de los tomados al azar a su enemigo, lo haga en una mezquita...).
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