Balance de fiestas

Ayer dí cuenta de la última ristra de chorizos que traía la cesta navideña, (del turrón, ya casi ni recuerdo el sabor).
Estoy torpón.
A ver que dice la báscula.
Marca tres kilos y medio más.
Voy a rebobinar los papeos de estas fiestas.
Huuuumm, por la cantidad de seres marinos que he deglutido, tal vez el nivel del mar habrá bajado unos decimales de micra, a mi salud; pero no voy a tirar cohetes por ello, pues hay una relación muy estrecha entre alimentación y salud, y este exceso de proteínas parece que no le ha gustado al "body"; me ha castigado con el brote de una almorrana, ese molesto bultito de la retaguardia, también llamado hemorroide si nos ponemos a hablar fino, aunque el término parece pertenecer a la astronomía; asteroide y demás...
El roce de los gallumbos lavados con Ajax Pino, supongo no debe tener nada que ver...
Pero no voy sufrir en silencio; la pondré a caldo en menos de una semana, a base de tres baños diarios de anillo con agua muy fría, (en diminutivo, porque ano es una palabra fuera de léxico, en varones heterosexuales).
Me ha contado un amigo que también tuvo este problema, la forma en que lo solucionó. Resulta que trabaja de comercial, y almorzaba menú en algún restaurante de la zona donde le pillaba. Paella, filete y pastelito, por ejemplo, para ahorrarse "sorpresas". Bien, pues ahora toma cuatro naranjas; dentro del coche, si se tercia. Ésta es su comida del mediodía. Le han desaparecido las almorranas y también el colesterol, la tripa y la cara de estreñido.
Yo, sigo fiel a mis baños de agua fría; no estoy en condiciones de soportar un régimen como éste, (tampoco quiero matar a nadie una tarde, por un quítame ese paso de cebra que no ha visto).