Cruzando de la orilla del humor a la del sexo, sin pasar por el puente de la chabacanería ni el de la erudición.
martes, abril 15, 2008
Wim Mertens
De los escasos Tubes que vas a encontrar en este blog, solamente hay dos musicales. Porque el tute de gimnasia que le das a las neuronas oyendo música, te deja espacio para poner una lavadora mientras, o perpetrarte una pedicura. Y, desde luego, cunde más que si la ves, aparte que necesitas para ello tener el seso en monotarea. Si tuviera que elegir un solo trabajo musical para llevarme a una isla desierta, no dudaría ni un segundo en escoger la obra del belga Wim Mertens, prolífico compositor y multiinstrumentista, magistral al piano. Y aburridísimo actuando.
El chivatillo del reproductor musical me cuenta las nimias audiciones que han tenido las dos últimas propuestas, un instrumental con bajo solista y un "cha-cha-cha", modelo de equilibrio entre calidad y comercialidad, que se le está saliendo de madre a la discográfica ($$$), mucho antes de los calores. Añadiendo al "bloguea como si nadie te fuera a leer" un "oir", ya tengo excusa para brindar la música minimalista de Wim a los visitantes de este lugar. Su audición puede ser absolutamente farragosa, mezclándola con problemas, con prisas; tanto como curativa y mágica para oídos inquietos, cansados de los caminos trillados y vueltos a trillar que nos ofrece el panorama musical al uso.
Ahí me has dao. Me encanta, y al cabo de los años vuelvo y vuelvo a los discos que había dejado dormir el sueño de los justos. Eso sí, reconozco que a veces, escuchándolo en compañía de otros he sentido una especie de vergüenza ajena, y deseado que pasasen rápido esos adornos vocales con que nos obsequia. Que no es que no me gusten, sino que pienso: "soy un raro, esto sólo me puede gustar a mí", mientras veo al otro poniendo cara de poker, y no sé si realmente está alucinado o acojonado.
Tengo una anécdota para conocedores: unos Reyes, en plena época del vinilo, la Baronesa me regaló mi primer reproductor de CD, y mi primer disco: justamente "Maximizing the audience". Cuando lo montamos y lo echamos a sonar (la primera canción, "Circles"), puso cara de alucinada y dijo "¡¿Pero será posible que se haya rayado?!".
Hoy, chopecientos años después, mi hijo de diecisiete recién cumplidos también flipa con ese disco.
Esto es realmente un paraiso para el escolar que más le gustaba hacer redacciones. Ya mayor, veo casi todo en clave de humor y suelo convertir en galante todo lo que de obsceno el sexo pudiera tener.
Una sonrisa y un guiño son mi bienvenida.
Adelante.
4 comentarios:
joder! llevarse "solo" la obra de mertens es casi como "solo" llevarse los discos de john zorn!
Ahí me has dao. Me encanta, y al cabo de los años vuelvo y vuelvo a los discos que había dejado dormir el sueño de los justos. Eso sí, reconozco que a veces, escuchándolo en compañía de otros he sentido una especie de vergüenza ajena, y deseado que pasasen rápido esos adornos vocales con que nos obsequia. Que no es que no me gusten, sino que pienso: "soy un raro, esto sólo me puede gustar a mí", mientras veo al otro poniendo cara de poker, y no sé si realmente está alucinado o acojonado.
Tengo una anécdota para conocedores: unos Reyes, en plena época del vinilo, la Baronesa me regaló mi primer reproductor de CD, y mi primer disco: justamente "Maximizing the audience". Cuando lo montamos y lo echamos a sonar (la primera canción, "Circles"), puso cara de alucinada y dijo "¡¿Pero será posible que se haya rayado?!".
Hoy, chopecientos años después, mi hijo de diecisiete recién cumplidos también flipa con ese disco.
Saludos, Toy.
Feliz jueves.
:)
gràcies per la visita i molt currat també el teu post sobre el wim
salutacions des de Reus
Publicar un comentario