Aproximadamente cada mes y medio, toca leer un post con la nariz tapada, en este blog.
Entre los actos sobre los que adquirimos destreza, conforme vamos madurando, está el control de los esfínteres. Los niños lo llevan bastante mal y, cuando les ocurre algún percance de más envergadura que un simple "frenazo" (o "quemón de la plancha", si vamos a ponernos académicos), entonces es conveniente que informen a los adultos de quienes dependen, para solventar la situación.
Su incipiente ego no les dejará emplear un lenguaje demasiado directo, (ya mayorcitos, lo encriptarían, si supieran). Dado que parecen ignorar que los adultos tenemos nariz, conviene usar una jerga que dé como algo de privacidad al informe, por ejemplo:
- Se me ha escapado un pedo con rabito.
- Se me ha escapado un pedo con premio.
- Se me ha escapado un pedo con regalito.
O uno, oído por el sur, resaladísimo:
- ¡Omáááá!
- ¡Omaíta!
- Ven, que me tirao un PEO-MIERDA.
Y nada, voy a echar ambientador.
Tokio 2021
Hace 3 años
3 comentarios:
Pues sí que huele, sí ;-P
Besos selváticos.
-mamá, mámá ¿los pedos pesan?
-no hijo
-pues entonces me he cagado
Quina bona olooor!
Boncapdesetmana Toy!
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