domingo, septiembre 06, 2009

¡Yo no soy tonto!

Oí a una persona decir:
- Me gusta más que a un tonto unos pantalones de cuadros.
Y tuve que puntualizar:
- Se dice "me gusta más que a un tonto una vela de mocos". Es el original. No andemos versioneando.
(En plan queja, como el del Media Market; que suelo usar bastante los pantalones de cuadros, oye).


(Foto incompleta; no aparece el cariñito de mamá, por estar ocupado con la Olimpus).


Si Mirna se pone a hablar de sus pantalones, yo lo hago de los míos (y se lo digo).
Siempre que trasteo por una página se lo comunico al dueño, aunque sólo lo cite aquí.

Éstos no lo hicieron con mi post, (tal vez intuyeran la cara que se me puso al enterarme). Lo han suprimido.
Avatar ha tenido mala suerte con los plagios. Y lo comenta.
Parecióme, (como dicen los asturianos), ver el título del anterior post de este blog, circulando por ahí, pero sólo se trataba de una intención.
Curiosidades.

Pinché sobre un "suprimir" que no debía, y desapareció la historia de los amantes que se tiraban cuescos en el teatro.

3 comentarios:

Alepsi dijo...

"Me gusta más que a un tonto un lápiz".

Ésta es la versión que tenía yo entendida...

Anónimo dijo...

Bueno, al fin y al cabo (aunque joda), en el fondo el plagio retrata sólo a quien lo practica. Esto es internet, amigos, la red de redes global... ¿todo es de todos? Es posible, pero que menos que más allá de SGAEs indicar de dónde proceden las cosas, ¿no?

PD: Yo también soy de los de los lápices, aunque lo haya oído también con piruletas. Ahora, de pantalones de cuadros, na de na.

panterablanca dijo...

Vaya temita. Una vez incluso pillé a una de mis entonces comentaristas habituales copiando en su blog erótico fragmentos de una novela premiada con el premio "La sonrisa vertical". Había cambiado el sexo del protagonista, pero lo demás era calcado. Yo alucinaba, porque se trataba de mi novela favorita de todas las novelas eróticas que tengo en casa. El caso es que en ningún sitio ponía que se trataba de un fragmento de dicha novela, y mucho menos el nombre del autor. La chica aceptaba los montones de halagos que le dedicaban por lo bien que estaba escrito el fragmento, sin ninguna clase de empacho, contestando a cada uno de los comentaristas.
No pude evitar dejarle un comentario diciendo que la había pillado. Evidentemente, lo borró, pero dejó la explicación de que "admiraba mucho al autor". ¡Coño, pues si lo admiras, reconócelo admitiendo su autoría!
En fin, para mear y no echar gota.
Desde luego, no volví a su blog.
Besos selváticos.