Alegal se podría considerar un término a caballo entre legal e ilegal; en el siguiente relato concurren varias alegalidades.
Un camión-grúa dejó el coche del Sr. Bribón, con un lateral completamente abollado, en el garaje de Cándido.
Al día siguiente, se presentó el propietario del automóvil y le dijo al mecánico:
- El accidente del que salí con el coche medio destrozado, ocurrió cuando otro vehículo se saltó un "Stop". Reconociéndose el contrario culpable, hemos entregado el parte de accidente a su compañía aseguradora, a fin de que se hagan cargo de indemnizar la factura del desperfecto. Mañana va a venir el perito a tasar los daños, que deberán contemplar la sustitución de la puerta, aletas, retrovisor, rueda, etc. por el correspondiente recambio original.
Pero no vamos a hacer lo que diga el informe del perito. Me he enterado que en el desguace "XX", y por un precio de "YY", le van a suministrar unas recambios similares, pero usados. La diferencia entre el precio de unos y otros, la vamos a emplear pintando el resto de la carrocería no afectada por el choque. Si le parece, Cándido, vaya; sino, encaminándome a otro taller.....
- Bien, no parece que vayamos a perjudicar a nadie obrando de este modo; la aseguradora tiene suficiente con el finiquito, donde usted habrá certificado que se considera indemnizado con el dinero que le van a abonar.
- Entonces, pasado mañana vendré a firmar este finiquito, pero quiero que me adelante la factura, sin esperar a tener efectuada la reparación. De esta forma agilizamos el cobro, Cándido, ya sabe que es muy extendida esta práctica....
- No veo ningún inconveniente, Sr. Bribón. Así se hará.
Hasta aquí muy bien, pero como sabéis, los bribones siempre se aprovechan de los cándidos.
Al cabo de una semana se personó de nuevo el Sr. Bribón en el taller, acompañado esta vez de un notario, (o eso dijo) al cual le mandó levantar acta, dado que la reparación se estaba llevando a cabo con recambios procedentes de desguace cuando la copia de la factura en su poder, especificaba claramente que el recambio sería original.
- Termine la reparación para finales de mes, Cándido; ya tendrá noticias mías.
Luego, fue a por el coche reparado y recién pintado, diciendo:
- Voy a ir a probarlo en carretera.
Y nunca más se supo del Sr. Bribón. De la indemnización de la compañía de seguros, tampoco, claro.
El abogado del mecánico le aconsejó que además, diera al Sr. Bribón una propinita de tres o cuatro mil euros, para que se olvidara de reclamaciones. El que no fuera necesario hacerla efectiva, quita unas briznas de furia a Cándido, cuando recuerda esta historia.
Otra alegalidad
parecida.
3 comentarios:
No! si el mundo esta lleno de hijos de puta - sin querer ofender a las trabajadoras del sexo - y de tontos.
Tienes toda la razón del mundo, los bribones siempre se aprovechan de los cándidos.
Besos felinos.
El que no corre, vuela y el mas tonto hace relojes y a quien madruga, dios se la suda, juar.
Si es que somos tontos pero tontos.
Un abrazo, compañero y disculpa la ausencia, el puto tiempo y eso…
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