miércoles, enero 14, 2009

El primer hostión

Con dieciocho años me gustaba más darle al acelerador del coche, que a un tonto una vela de mocos. Pero me iba a correr por el monte; pensaba que allí era imposible tener un accidente contra otros vehículos.
Si lograba coronar una pendiente a suficiente velocidad, en lo alto, el coche despegaba del suelo. Eran dos o tres interminables segundos con toda la "pantalla" llena de cielo. Volando. ¡Que paz!.
Pero un día aterricé sobre el capó de una vieja furgoneta Renault, un "cuatro latas". Era de un agricultor.
Detuve el auto y salí como un rayo a ver si alguien sufría daño. Dijo el otro conductor que no. Le pedí disculpas, yo era el único culpable del encontronazo; mi seguro correría con los gastos de reparación de su coche e insistí de nuevo en acercarles a un médico, a él y su acompañante, para descartar lesiones.
- A su coche no le ha pasado nada y lo del mío, no tiene importancia...
- Pero no diga esto, hombre, tiene todo el morro abollado.
- Nosotros mismos lo arreglaremos con piezas de un par de furgonetas achatarradas que tengo en la finca.
- Aún no me creo que no se hayan hecho daño...
- Vámonos, que no ha pasado nada, en serio.
- ¿Y su pasajero?.
- No, nooo.
Pero ya me había acercado a su puerta, que abrí sin dudar, dado que no me hacían ninguna gracia las facciones de aquel individuo.
Le cogí del brazo para que saliera del coche.
¡Dios mío!.
Tenia un considerable bulto en la cabeza, en la sien, concretamente; la nariz torcida y una especie de hematoma en el pómulo, debajo del chichón. Cojeaba, y ello hacía que su espalda tomara una postura realmente fea. Balbuceaba sonidos sin sentido ninguno.




¡Mi madre!.
¡A éste sí me lo he cargado!.
Va a necesitar la mitad de la plantilla del hospital para él solo.
¡Si del susto se le ha quitado hasta el habla!.
- ¿Porqué me dice que están bien, si su copiloto está medio muerto?.
- Eso no es nada...
- Mire que mala cara tiene, ¿y esa lesión de la mejilla?.
- Eso es un derrame y hace años que lo tiene así.
- ¿Y el golpe de la cabeza?.
- Lo tenía ya cuando nació; una malformación.
- ¿..?.
- La pierna más corta, también es un defecto de fabricación. Al igual que su cerebro, que no se desarrolló y por eso no habla.

¡Vaya susto que me dio el Frankenstein!.
(Pa mear y no echar gota).
No es que estuviera contrahecho, sino que era como un puto catálogo de deformidades, el pobre.

(Luego me enteré de que el canalla del agricultor le tenía trabajando como un mulo, a cambio de alojamiento y comida, sin un sueldo y sin asegurar; de ahí que renunciara a cualquier indemnización por miedo a que se descubrieran sus alegalidades).

No he tenido otros hostiones con el coche.
Pudiera parecer que únicamente sufren accidentes los demás, pero algún día nos puede tocar a cualquiera; que no sea por conducir demasiado confiados......

4 comentarios:

Belén dijo...

Que hijo puta... tu no, querido, el cabrón que tenía al pobre trabajando...

besicos

P.D Gracias por tu comentario, la verdad es que no te creas, es responsabilidad saber que hay muchos lectores por ahí pululando...pero merece la pena, por ahora...

Si quieres pillar el libro entra aquí que lo explican:

http://blogdeliterazurda.blogspot.com/2008/12/blogs-de-papel.html


Besicos

Southmac dijo...

Es curioso, yo solía flipar bastante con un seat Panda por las pistas de tierra de mi tierra. Nunca choqué con nadie (nunca he chocado con nadie, ni con coches ni con motos), pero sí que hubo un rally de esos en el que me cargué 3 de las 2 ruedas del heroico panda, llegando al pueblo haciendo bellos surcos de llanta por el asfalto...

Anónimo dijo...

Qué susto te has llevado y que mala vibra la de ese señor que comente una injusticia total.

Rico que hasta en esta entrada, que es delicada, le pongas buen sentido del humor. La vida hay que pintarla de colores, así es encantadora.

¡Un abrazo renovador de energías cósmicas y mi mejores deseos para ti, en este 2009!

togno dijo...

Vaya susto que me ha dado el careto ese cuando lo he visto aparecer en la pantalla, en medio de la entrada!!!
Muy buena la anécdota.

P.D.- Soy el de la Sammy Miller que me he acercado por aquí a darme una vuelta y de momento me estoy partiendo de la risa...