Mariano pesa unos 130 kilos. Engulle dos chuletones con abundante guarnición todos los días. De postre, en vez de un lácteo o una pieza de fruta, él toma cuatro o cinco bolsas de pipas de girasol saladas, (vicio que tiene ofendidísimo al cocinero ya que parece ridiculizarle ante el resto de comensales). Doy fe de ello, dado que coincidimos de restaurante muchas veces.
Ayer vino a comer muy tarde. El camarero fué a preguntar a la cocina si había quedado "algo" para el nene. El cocinero se ofreció a hacerle una doble ración de paella para dentro de veinte minutos, a lo que él accedió, zampándose la mitad de las tapas del bar en la espera.
Cuando la paella estuvo lista, el camarero se dispuso a servírsela en el plato, pero él le dijo:
-Deja la paella aquí que ya me la iré sirviendo yo.
-No puedo, hay tres raciones.
-Bien, entonces me tendré que esforzar un poco porque el cocinero que teneís es sietemesino; si fuera normal, acabo sin problemas con una paella para cuatro.
-Yo, es que no sé......
-Venga, lárgate y trae más vino, hombre.
Los otros alargamos el café para acompañar a Mariano mientras procuraba por su subsistencia.
La puerta de la cocina es de vaivén, y aún sin quererlo, vas recopilando información a ráfagas de lo que acontece allí dentro.
¡Dios! ¡lo que me parecía haber visto!.
Como hay confianza para entrar en la cocina, así lo hice.
-¿Está bueno el pan con chocolate, cocinero?.
-¡Que va!. Pero si un cliente se está tragando tu ración de paella, de algo habrá que alimentarse, digo yo.
-Pues ahora mismo voy a llamarle por su nombre de pila, o sea: cerdo-glotón-desconsiderado.
-No, por favor, déjalo, no lo hagas.
No estaba enojado, más bien lo contrario.
Lo capto, sí. Se perdería el espectáculo de ver a Mariano reventar si le hago cambiar de actitud.
8 comentarios:
jajajajajaja!
Todo un personaje pantagruélico, desde luego.
Un saludo.
Yo conocí a uno así.
Incomprensiblemente, era delgadísimo.
Recuerdo una vez que, viéndole comer albaricoques por docenas, alguien le dijo: "Te vas a atragantar con un hueso".
Y él, entonces:
"¡Ah! ¿pero tienen hueso?
Y de paellas ni hablamos. Él siempre las comía en una fuente para cuatro. Su lema: "Masticar es divagar. Con una leve presión de la lengua contra el paladar ya se saca lo más importante del sabor."
A sus setenta años sigue igual de delgado.
Un abrazo.
La fot tiene su tiempo pero muy buena la interpretación
XD
Me recuerda a Homer:
Homer dice:
-Quiero el chuletón más grande que tengaís...
-¿Para beber? -dice el camarero
-Albondigas
Un saludo
¡Y yo haciendo dieta! ¡Mundo cruel! Con gusto me abandonaría a los placeres gastronómicos, pero luego el biquini... En fin, que no se puede tener todo a menos que no te importe nada.
Un beso Toy.
La venganza es un plato que se come frio (o acompañado de pan con chocolate)
Besos
Puff a mi casi me da pena.. como todas las personas que se olvidan de los demás por una obsesión.. sea la que sea. Pero yo ya sabes que soy tirando a filosofica profunda juas!!
Qué bién acompañado va Mariano!!!
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