Americanas y faldas

"Siempre lo había visto como a uno más, correcto, buena gente, pero anodino hasta en el vestir. Cuando un día coincidieron en una ponencia, él se había puesto un poco maqueadillo y vestido con una americana de corte deportivo; a partir de entonces empezó a descubrir detalles que lo hacían especial".
"Ella era muy guapa y a él le enfurecía verla rondada a todas horas por "moscardones". Por la cena de fin de temporada llevaba una falda, no especialmente corta; esa fue la imagen que quedaría gravada en su cerebro para siempre, aunque siguiera sin mejorar la poca atención que ella le dispensaba".
La americana y la falda.
Prendas poco confortables que apenas han evolucionado respecto a las que usaran nuestros tatarabuelos.
Pero un hombre sabe que acertará cuando quiera impresionar a una chica si se presenta correctamente trajeado y engominado. Igualmente, una mujer debe descartar la imagen tal vez más erótica de un pantalón bien calzado, por la feminidad proyectada cuasi de forma hipnótica por unas bonitas piernas, (todas lo son) apareciendo de debajo de una falda.
Nada que ver, entonces, con la moderna ropa confeccionada a base de tejidos tecnológicos multicapa, (con muchos "tex") vestidos con la cual nos lanzamos a practicar diferentes deportes de vehemencia extrema. Sin pasar frío ni calor, y absorviendo optimamente la transpiración.
Si es que en el fondo estamos apegados a lo tradicional.
¿O tienen magia los vestidos clásicos?